miércoles, 3 de junio de 2009

Una actitud



Voy a contar algo que creo que merece ser leído por todos y porque creo que todos pueden aprender mucho de ello.


Hablando ayer con una amiga me di cuenta de algo que considero de una gran importancia en ella y que además, considero de vital importancia en las personas. Esta amiga siente un profundo respeto por las personas y es enormemente flexible con ellas. Hace algo parecido a lo que yo hago. Entiende y trata de entender sus comportamientos, trata de sacar una explicación a su conducta para así adaptarse mejor e intentar que perduren en su vida. Esto se llama aceptación. Acepta a las personas como son partiendo del respeto hacia ellas. Y esto es de admirar, porque todos en ella encontrarán una respuesta. Podrán encontrar mayor o menor compromiso por su parte, porque efectivamente eso ya es una cuestión personal. Pero siempre obtendrán de ella unas palabras, porque todas las personas merecen ser escuchadas y todas tienen ciertos derechos básicos.

Esto es fundamental y se llama educación. No todo el mundo lo pone en práctica. Pero desde luego, ella entiende que para muchas cosas debe dar el primer paso, ser paciente (y lo es, mucho), que hay situaciones que no cambian a menos que ella cambie y que desde luego, hay cosas que no va a conseguir a menos que acepte cómo vienen las cosas y trabaje por obtener lo que le gustaría.

Me parece una actitud de gran valía y desde luego a admirar. Y por supuesto, merece ser comentada en algún lugar. Así lo hago.

Las personas siempre merecen ser amadas, en mayor o menor intensidad, pero lo merecen. Merecen ser escuchadas y desde luego, no ser ignoradas. Porque el ignorar a una persona es un desprecio hacia ella y puede llegar a causar un inmenso dolor. Ella lo sabe muy bien.

Afortunadamente, ella mantiene esa actitud en su día a día para bien suyo y bien de los demás y la vida le va devolviendo poco a poco parte de lo que invierte. Hay cosas que le salen mal, hay cosas que le salen bien. Pero afronta la vida como viene y disfruta amando, disfruta sintiendo, disfruta disfrutando. Para ella no existen "niveles" sino que la intensidad de lo que siente viene impuesta por las circunstancias, por la etapa en la que eso surge y cómo surge... depende de muchas cosas, no depende de ella, pero procura vivirlo siempre al máximo. Entiende que la vida son etapas y que lo que nos modela al final son las experiencias que hemos ido acumulando por el camino. Que al final no sabemos con quién llegaremos, pero desde luego, todos aquellos y aquellas con los que hemos compartido el viaje han sido buenos compañeros, porque todos nos han aportado algo que nos ha enriquecido como personas.

Repito, esta forma de ver la vida es admirable y yo desde luego la comparto. Aunque lo nuestro es extraño... quizás porque... somos cascarones de huevo...


Besos
y más.

1 comentario:

 

Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

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