martes, 8 de febrero de 2011

Trigo limpio




Hay algo que uno va aprendiendo con el tiempo y es a separar el grano de la paja. Aprender qué es trigo limpio es algo que al principio puede traernos por el camino de la amargura y regalarnos más de un problema, pero a la larga la experiencia hace que vayamos anticipando cada vez mejor la clase de personas con las que tratamos.

Algo que siempre me costó mucho fue el identificar aquellas personas que podían hacerme daño. Miraba con demasiada buena fe a los demás y esto llegó a ocasionarme algún que otro problema.

Un tema que siempre me ha traído inquieto es el de la confianza. Es decir, ¿hasta qué punto es sano tener confianza en las personas? Realmente, no tiene sentido. No hay nada más indeterminado que el ser humano. Yo soy más de la opinión de que hay personas que me resultan más fiables y otras menos fiables. Pero confianza total, siendo sincero, puede que no tenga en nadie. No es nada malo, simplemente es una visión objetiva. El decir que tenemos absoluta confianza en un amigo me parece quizás algo más romántico que real, ya que si entendemos la vida misma nos daremos cuenta que las personas son seres absolutamente cambiantes y dependen de multitud de factores, por lo que para mí sería imposible otorgarles una confianza ciega.

Sin embargo, algo que sí valoro, y cada vez más con el paso del tiempo, son aquellas personas en las que el paso del tiempo me ha dado señales de rectitud y firmeza a la hora de mantener cierta actitud de lealtad hacia mí. Quizás es lo mejor que podemos buscar en una persona, la lealtad, más que la confianza. Hay una frase muy buena de Luis Gabriel Carrillo Navas que dice así:

"Existe tres cosas que me decepcionan:

La hipocresía, porque no nos permite confiar.
La injusticia, porque hace ver a unos más que otros cuando no se lo han ganado.
Y la deslealtad porque deja sin piso parte de nuestros principios."


p.d.: por cierto, aprovecho para comentar que en breve este blog lo cerraré de manera privada sólo para contadas personas por lo que por favor, los que estéis interesados en seguir leyéndolo avisadme de ello y mandadme vuestro email a milcosasquesentir@gmail.com

Gracias.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Adelante, siempre hacia delante




Las personas actúan en función de sus traumas, de sus miedos y de sus frustraciones. Y estos traumas, miedos y frustraciones son capaces de mutar. Es decir, una vez se cierran unos aparecen otros. Por tanto, hay dos maneras de focalizar la vida, o contra ellos, o escapando de ellos. Estos traumas, miedos y frustraciones no siempre son conscientes, pueden llegar a ser inconscientes. Pero lo que sí es seguro es que son retroalimentables y que son poderosos. Así, estoy seguro de que las personas, acorde a los mismos, tienen propensión a actuar de una manera u otra a largo plazo. No estamos hablando de decisiones o modos de actuación a corto plazo, de manera inmediata, que pueden ser perfectamente racionales, sino de formas de vida, caminos vitales.

Un camino vital determinado está influenciado:

primero) por lo que debemos esquivar
segundo) por cómo lo esquivamos
tercero) por el camino pendiente de explorar
cuarto) por el camino ya explorado y sus consecuencias sobre nosotros

El camino ya explorado y el cómo afectó sobre nosotros o cómo lo supimos asimilar influye directamente en cómo esquivaremos los pormenores venideros y cómo afrontaremos un camino incierto y desconocido hasta entonces.

Lo que llevamos con nosotros es lo que somos, sepamos que lo llevamos o no. El sobrevivir con entereza al caminar depende de cómo seamos capaces de identificarnos poco a poco y de cómo seamos capaces de aceptar lo que llevamos.

Los traumas, miedos y frustraciones pueden ser heredados o adquiridos. Esto es, pueden haber sido absorbidos por otras personas altamente influenciables para nosotros o bien adquiridos por experiencias traumáticas o sucesos en nuestra vida. Así, una persona que no encuentre trabajo durante mucho tiempo puede llegar a sentir que no vale para trabajar y que por cómo es no es aceptado en la sociedad. Una persona que no consiga enamorarse a lo largo del tiempo comenzará a sentir miedo ante la posibilidad de no experimentarlo nunca y esto se retroalimentará con el tiempo hasta hacerse creer que realmente es una persona incapaz de conseguirlo o que no vale para ello por una serie de razones.

Esta forma de autoconfigurarse de las personas les va tejiendo progresivamente como lo que son y generando nuevas frustraciones que hasta entonces no tenían, dictando su modo de operación de cara a sucesos venideros.

Aprender a aceptar la vida como viene y como vino a nosotros tiempo atrás no es fácil, y vivirla como viene tampoco lo es. Tampoco es fácil no culpar a las personas por lo que son o por lo que hicieron, aceptar que sucedió por una serie de razones muchas veces arbitrarias y exentas de control total...

Yo he aprendido algo muy importante con el paso del tiempo. Y es a tomar mis decisiones únicamente a sabiendas de si quiero continuar como estoy o bien cambiar, todo se resume a eso. Puede parecer egoísta, pero es que es así. No me importa que las cosas puedan cambiar en un futuro, y puede que cambien, pero si no quiero seguir con algo, si no me hace feliz o bien si no me aporta un sentido, simplemente cierro la puerta, porque es esta la única forma de avanzar hasta donde quiera la vida llevarme...

He aprendido otra cosa importante. Mis decisiones pueden ser correctas o no, y sus consecuencias pueden ser beneficiosas o pueden perjudicarme, a mí o a otras personas. Pero no puedo dejar de tomarlas influenciado ni por las circunstancias ni por sus posibles consecuencias. Si la tomo, y veo que me he equivocado, asumo mi equivocación, pero no cambio mi decisión, sino que continúo hacia adelante, porque la decisión ya está atrás y las consecuencias conmigo.

Adelante, siempre hacia delante.
 

Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

http://www.squidoo.com/daniel-colleman-fotografos-de-bodas

Fotografo de bodas