lunes, 26 de abril de 2010

La vida



Nos automutilamos inconscientemente porque el sistema nos impone reglas que distorsionan la realidad. Cánones y patrones que fijan esquemas de cómo y por dónde está una felicidad que nos hacen creer es posible. Una felicidad que se basa únicamente en la supervivencia del más fuerte a costa del más débil, bien sea por la fuerza o por la manipulación social. La sociedad no quiere que seamos felices, quiere que consumamos.

Nuestra propia felicidad la autogeneramos en momentos de evasión y parálisis mental que nos aleja, a modo de buena morfina, de una realidad que nos estresa, nos condiciona, nos aturde y nos enloquece.

Nuestros sueños, retos y voluntades son el buen analgésico que nos distancia y separa de todo, a modo de supervivencia. Por ello, cuesta aceptar que, en medio de tanta violencia mediática social, seamos capaces de generar pequeños paraísos individuales que nos vinculan y conectan los unos con los otros. Paraísos que nos hacen pensar que otra realidad es posible, que existe una esperanza, que luchamos con un fin, cuando no es otro que el de resistir.

Y yo digo, resistimos porque somos fuertes, porque entre las cucarachas que corroen las alcantarillas de la sociedad, del sistema y de las dificultades de la vida, habitan luces que iluminan en atisbos de humildad los corazones de la mayoría de los seres humanos. Resistimos porque nos negamos a desperdiciar una vida que nos ha sido entregada, aunque no sepamos realmente cuál es su finalidad. Resistimos porque somos hombres y mujeres que encuentran en los sentimientos íntimos una belleza indescriptible que les supera, una belleza irracional que les hace soñar, y que les hace condensar en pequeños segundos la utopía de lo imposible como un posible.

Me fascina el ser humano, es capaz de buscar y "encontrar" sentido a aquello que no puede explicar. Me fascina su capacidad para ser feliz, para resistir. Me fascinan sus increíbles cualidades para enraizar los unos en los otros, para perseguir un sueño.

Si me preguntan cuál es el sentido de mi vida diré que no lo sé, pero que habiendo sido uno de los afortunados que han tenido el privilegio de gozar de su lado hermoso, he podido ver, y experimentar, sensaciones únicas, sentimientos maravillosos y otras grandes cosas que me han hecho sentir, que ha valido la pena.

pensamientos varios...

Últimamente hablo demasiado con mi perra... una cosa es hablarla y otra cosa es dialogar con ella... tampoco hay que pasarse...

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Debo de estar últimamente muy extremista porque tan pronto como se dice algo automáticamente lo evalúo mentalmente y me posiciono... este tipo de mentalidad paramilitar está volviéndose un dolor de cabeza agh. O blanco o negro, pero si yo siempre he sido de grises por favor! debo de dejar de ser tan radical, pero es que hay cosas con las que no puedo, no puedo!

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tengo unos vecinos que dan asco, son tan jodidamente felices... aaaaaaaaagh

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Estoy de un negativo y un puntilloso que no me aguanto.

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Me da que me está cambiando el carácter, estaré entrando en una precrisis existencial? oh dios santo! rápido, necesito unas vacaciones! mierda! no llegan hasta julio! segunda quincena y última semana de agosto... yo como los madrileños de pura cepa, ale, con to el mogollón. Pero porque no me queda remedio... agh.

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Estoy gordo. Bueno, gordo gordo no, es decir, tengo pancita, pero vamos, poca vamos. Es decir, que no me gusto, que o el espejo está curvado o es que mi tripa está curvada. Y como no me gusta, y encima estoy jodidamente vago y agilipollao, pues me dedico a quejarme en vez de mover el puñetero culo.

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A la mierda, me voy a comer un helado...

jueves, 22 de abril de 2010

Coco Chanel



El otro día, por recomendación de una amiga, vi la película "Coco Chanel" de Audrey Tatou. Aunque la película no me ha llamado la atención, más bien me ha parecido sosa, mal narrada y poco resultona, tengo que decir que me ha hecho pensar sobre la propia protagonista, Coco.

Su estilo personal, su actitud agresiva, su espíritu ambicioso y triunfador, le llevaron a la protagonista hasta el éxito profesional, a la jet-set y a saborear el dulce de la autosuficiencia, pero sola. Sin embargo ésta fue su elección y por ello trabajó.

Como consecuencia directa de su estilo único y su enérgica personalidad, erigió un imperio de la nada con consecuencias demoledoras para el género femenino. Liberó en cierta manera a la mujer de su época de lastres y prácticas obsoletas, ensalzó su espíritu, impulsó su valor y les colocó en el punto de salida. Con su actitud y estilo transmitió un mensaje claro a la mujer: nosotras podemos hacerlo, tenemos derecho a ello, estamos capacitadas y no debemos someternos. Así, la elegancia de su arte destilaba mensajes subliminales de liberalización y progreso femenino.

Supo relacionarse, supo decidir y supo avanzar. Pero yo planteo algunas preguntas:

¿Hasta qué punto una actitud como la de Coco no necesita de la suerte para lograr sus
metas?
¿Hasta qué punto es necesario someterse para llegar a liberarse?

La protagonista me hizo pensar nuevamente que todo tiene un precio, nada es gratuito. Ella luchó, se sometió y se resignó en ocasiones por llegar a no tener que someterse y resignarse en el futuro. Y sin embargo, pese a su determinación, experimentó la desorientación de quien empieza en un mundo que no sabe agarrar por ningún lado. Me encantó la escena en la cual no sabía qué iba a hacer con su vida, en la que se mostraba desorientada por a qué dedicarse... Sólo tenía claro cuáles deberían ser los primeros pasos para cualquier cosa: involucrarse en una clase social superior a la suya.

Hoy en día, me pregunto si dicha estrategia sigue siendo igual de exitosa. Lamentablemente pienso que la respuesta es sí. Cuando no tenemos nada, cuando deseamos triunfar y hacer algo con nuestras vidas, es necesario sobrevivir, más cuando no tenemos nada. Y para hacerlo, muchas veces hay que ir donde está el poder, relacionarse como sea, dejarse ver, establecer vínculos y echar raíces lo más rápido posible para así emprender el camino hacia nuestra propia liberalización. Sin embargo, estoy convencido que no es el único camino.

¿Hubiese funcionado la estrategia de Coco si hubiese sido un hombre? ¿Hasta qué punto un hombre necesita someterse al poder para no someterse en el futuro?

Pienso que, por desgracia, sigue existiendo un sexismo machista residual y palpitante en el mundo de los negocios que condiciona a la mujer a alcanzar determinada posición social. Sin embargo, para el hombre, todo es ligeramente distinto, que no menos fácil.

La supervivencia, arranque y posicionamiento entre la sociedad masculina requiere de otras estrategias de las cuales aún no me considero un buen conocedor, aunque sí las percibo. No obstante, pienso que aún persiste un sector social masculino erigido por el tesón, la constancia y la perseverancia que no se deja intimidar por otros cuya acción se basa en el miedo, la violencia y el sometimiento. Es en este sector quizás en el cual tuviese más cabida, aunque desde luego, al final, todo se reduce al trabajo y los años de experiencia. Quizás las relaciones entre hombres no sean mi punto fuerte, quizás tenga que reconducir mis ideas.

Al margen de todo este popurrí de pensamientos, no cabe duda que, al margen de los maestros y los asesores que surjan por el camino que nos brinden y regalen, con su confianza, sus consejos, la dirección y rumbo de nuestro navegar únicamente estará regido por nuestra actitud, nuestras decisiones y nuestra intuición.

Al fin y al cabo, no aprendemos nunca de nuestras victorias, sólo de nuestros peores fracasos, y son ellos los que son nuestra mejor escuela hacia el éxito. El cómo manejemos las variables por el camino sólo propulsa o ralentiza nuestro avance, pero nuestra actitud y buen hacer es y será siempre nuestro mejor motor, aquel que nos liberará al margen de relaciones sociales y poderosas influencias.

Un abrazo.

martes, 20 de abril de 2010

Abandono

La sensación de abandono es aún peor que la de soledad porque implica un cambio y el afrontarlo supone resignarse a la angustiosa desesperación de querer subsanarlo y ver que no tiene remedio...

Lo triste es que el abandono no siempre es fortuito ni inmediato. Lo cruel y miserablemente doloroso es saber que puede predecirse y que, pese a nuestros esfuerzos, muchas veces sabemos que estamos entregados a él y sólo es cuestión de tiempo...

Paciencia


En la vida y en los negocios, las dos mejores virtudes que pueden acompañarnos son dos: paciencia y constancia. Pero ojo, no hay que confundir la paciencia con la espera, un error que cometemos muchos. La paciencia nos sirve para seguir expandiéndonos, para seguir arraigándonos, para conseguir llegar a ver los frutos. La espera implícitamente es una actitud pasiva, lo cual no implica trabajo, lo cual no implica un avance. Cuántas son las personas que abandonan porque no ven resultados, cuando no los ven porque todavía siguen echando raíces.

Somos muchos los que cometemos el error de engañarnos a nosotros mismos haciéndonos creer que hemos tenido paciencia durante un tiempo pero que, tras haberlo intentado en numerosas ocasiones, es mejor cambiar de actividad. No solamente nos estamos contradiciendo, sino que nos estamos escudando en nuestra propia mentira. Desde el momento en el que decimos basta, dejamos de mostrarnos pacientes y elegimos renunciar al fruto por no ver el tallo. Muchas veces nos autoconvencemos argumentando que no tiene futuro, que no le vemos prosperidad, mas no nos damos cuenta que los periodos de arraigamiento son distintos para unos que para otros. Pensemos mejor siempre en estimular nuestro trabajo, en enriquecerlo y mejorarlo a costa de los errores.

Muchas veces errores iniciales se traducen en arduos años de arreglos y correcciones, en un estancamiento. Esto nos impide avanzar y, precisamente por esa falta de progreso, dejamos de ver el propio trabajo por arreglar nuestros errores como un avance, pues también lo es, sólo que partimos de un inicio negativo.

Es entonces cuando surge la típica duda: ¿qué es mejor, seguir trabajando por avanzar desde negativo o cambiar de actividad para así empezar desde cero evitando cometer los mismos errores desde un principio?

Mi respuesta es: no hay mayor aprendizaje que el que tiene lugar en una remontada, he ahí el mayor de los éxitos pues conlleva unos cimientos renovados. Dudo de aquellos regidos por la táctica del cambio, prefiero aquellos que siguen la estrategia de la remontada.

Un abrazo!

lunes, 19 de abril de 2010

El Paciente Inglés



Ayer vi la película "El Paciente Inglés", no sé si la habréis visto, de no haberlo hecho os la recomiendo encarecidamente. Qué duda cabe que disfruté desde la primera toma hasta la última, este tipo de films líricos suelen dejarme una huella imborrable. Ya la imagen que os presento desde el principio del post es extraordinaria, aunque a muchos pueda parecer simple. No son fruto del azar los colores de él ni de las avionetas. Él es símbolo del cielo y la tierra, él simboliza la esencia de la película, lo firme y lo pasajero, la posesión y la libertad, el amor que queda en tierra y vaga en el cielo, marrón su pantalón como las dunas, azul su camisa como lo eterno. Al fondo, las avionetas que tanto poetizan el film aportan un fondo que complementa la imagen central. Él dando la espalda a todo, por mirar a ella, único punto de mira de su vida.

Existe una escena, y os invito a que me acompañéis en mi pensamiento, en la que ella finge un desmayo en medio del patio para entrar en la casa y reunirse con él. Bien, esta escena para mí es extraordinaria y de una riqueza sensorial única. Por si no sabéis de cuál hablo os la adjunto:



Previamente a cuando arranca el vídeo, él le pide que por favor finja el desmayo para dedicarle unos minutos. Ella, convulsionada por la excitación psíquica que le produce el simple hecho de lo prohibido, hace todo lo posible por avanzar imparablemente hacia su presencia. Una vez dentro, me fascina el cómo avanzan como si nada de la mano hasta la pared, tranquilos pero nerviosos, a sabiendas de lo que iba a acontecer, a sabiendas que ya era inminente el descargue del sentimiento. Cuando juntos, se miran el uno al otro, quedan abiertas sus puertas a escondidas, comienzan saboreando el placer lentamente teniéndose frente a frente, viven una explosión sensitiva sin precedentes para ellos. Atrás queda todo lo anterior para ser ésto lo único, lo sin igual, lo no comparable. Es este momento para ellos un ante y un después en lo conocido, un destape de sus emociones, un enfrentamiento con un igual, alguien cuya atracción es ambigüa y poderosa. Ellos son la voz el uno del otro, ambos están absolutamente desnudos en alma y es magnífica la forma de mirar de ella, mostrándose completamente correspondida en intensidad, desnuda por completo, sin protección alguna, por propia iniciativa y por deseo irracional. El gesto del dedo metido en su boca es desgarrador, pues no lo introduce suavemente, sino como un miserable impulso que le lleva a palpar todo su cuerpo, a calmar todas sus ansias de manera inmediata, a introducirse en ella, a fundirse cuerpo con cuerpo por fuera y por dentro.

Y, de igual manera, son magníficas las mil y una escenas de este film absolutamente exquisito... las cuales os invito a saborearlas minuto por minuto, tal y cual yo lo hice ayer por la tarde.

Un abrazo.

miércoles, 14 de abril de 2010

A un segundo de tí



Entró en la habitación buscando el tiempo perdido, pero ella ya no estaba. La sala oval dejaba entrar toda la luz de un día que ya no guardaba apenas esperanza para él. Inmóvil, cerró en sus puños aquella carta aferrando la mirada al vacío. Qué importaban ya sus intenciones, si su ausencia llenaba todo. De espaldas a la puerta, la luz de la ventana moldeaba su contorno, la madera antigua teñía de dorado sus lágrimas y, tras sus espaldas, una sombra femenina cruzó la puerta quedándose inmóvil, callada. Viéndole llorar, sus dientes mordieron sus labios, sus ojos vidriosos caminaron lentamente hasta su cuerpo. Detrás de él, todo era incertidumbre, todo era miedo, un muro de cristal construido en la sombra. Y entonces sus manos abrazaron su cuerpo.

Y él supo que era ella.

martes, 13 de abril de 2010

Mi mirada




Si me lo permites te diré
que aún hoy recuerdo tus palabras,
qué sabías tú del amor y de la vida
cuando entero y frío me decías
que no había dos, ni tres, ni cuatro,
sino miles de razones por las que creer
no en un posible, sino en tu propio teatro.

A dónde vas sintiendo que eres alguien,
con ese gesto altivo, inclemente, exasperante,
acaso no tienes vergüenza de tu propio circo
cuando ni siquiera puedes en el fondo pronunciar tu nombre.

A dónde vas, de qué presumes, ignorante,
no pidas ya perdón, sería muy banal.
Y qué vas a entender tú de lo que siento,
qué vas a explicarme ahora,
si no puedes ni explicar tu propia vida.

Quizás sería hora de que huyeses,
sin pensar, vete, y no hables.
De qué me servirá alguien en mi vida
incapaz de aguantarme tan sólo la mirada.

martes, 6 de abril de 2010

Esta noche...

Esta noche hay algo que se me pasa por la cabeza. Puedo parecer muy testarudo, pero me niego a caer en las tendencias o en la moda. Me gusta el sabor de lo atemporal, de lo perdurable y de lo conservador. Me gusta el fruto del esfuerzo y el clasismo de las formas.

Me refiero a mi estilo de fotografía. Me niego a caer en "lo que se lleva", en lo que está de moda, en una mediocridad disfrazada de contemporaneidad. Puede que sea excesivamente clásico, pero creo y soy fiel a mis ideas y conceptos de lo que es realmente importante en esta vida. Y no quiero, bajo ningún concepto, ceder a las tentaciones que conllevan rebajar mi listón por subirme al carro de la venta fácil, de lo inmediato y de lo efímero. Prefiero la atemporalidad y la solemnidad de un imagen poderosa, el calor y la elegancia de la sencillez, la transmisión de valores profundos con mi trabajo y el peso y delicada selección de cada uno de los ingredientes que componen mi quehacer diario.

Porque creo en los valores más básicos.
Porque creo en la belleza y la plenitud de la sencillez.
Porque creo en la elegancia como muestra de una actitud.
Porque creo en mí, en mi estilo y en mis ideas.

Por todo ello, seguiré por donde yo considero que debo ir, sin ceder como hago a los demás y a los movimientos sociales.

Con personalidad, con actitud.

Daniel.

http://www.collemanblog.com/?p=76

Constancia



A mi opinión, las dos cosas que más nos enturbian la vida cuando somos jóvenes son la falta de anticipación y la impaciencia. Es natural, no tenemos la suficiente experiencia para anticiparnos ni como para haber aprendido que los resultados en cualquier terreno no son inmediatos, sino que necesitan tiempo. Esto es algo que uno lo aprende, o debería aprenderlo, con los años.

Si lo pensáis, el querer algo con impaciencia implica querer que el tiempo pase más deprisa y por tanto, de no conseguirlo, nos frustramos. Si visitáis la página del asador donostiarra (www.asadordonostiarra.com) encontraréis un texto que dice lo siguiente:

"Nada en el mundo sustituye a la Constancia.

El talento no la sustituye, pues nada es tan
corriente como los inteligentes frustrados.

El genio tampoco, ya que resulta ser tópico
el caso de los genios ignorados.

Ni siquiera la educación sustituye a la Constancia,
pues el mundo está lleno de fracasados
bien educados.

Solamente la Constancia
y la Decisión lo consiguen todo."

Pensad y releed cada una de estas palabras porque contienen un mensaje profundo, más profundo que determinados libros "profundos" y pequeñitos, vendidos por 21 euros en un Vips y puestos en la lista de "más vendidos".

Este texto está diciendo: el camino hacia el fracaso es la impaciencia, sólo la constancia nos catapulta al éxito.

Y de nada sirve ser inteligente, talentoso o educado, porque la perseverancia consigue, gracias al don de la paciencia, lo que no consiguen las demás virtudes.

Si me paro a pensar en la cantidad de veces que he fracasado por impacientarme y tirar la toalla... cuántas horas malgastadas. Sólo se entiende el tiempo cuando extraemos un fruto de él y el único camino para conseguirlo es no mirar atrás, continuar, persistir en nuestro trabajo.

Todos fracasamos cuando decidimos no continuar, cuando decidimos fracasar. Nadie ni nada está abocado al fracaso, somos nosotros los que decidimos no seguir persiguiendo el éxito.

Pensadlo ;)
 

Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

http://www.squidoo.com/daniel-colleman-fotografos-de-bodas

Fotografo de bodas