jueves, 23 de septiembre de 2010

Myself




No cabe duda que este blog me ayuda, diariamente, a ser más fuerte. Pues si ya difícil es abrirse uno mismo al exterior más lo es el abrirse al público. Pero ni tengo nada que ocultar ni me importa darme a conocer, porque es mi opinión y me gusta hacer uso de la posibilidad de expresarme. Nadie podrá quitarme la posibilidad nunca de decir lo que pienso, de ser quien soy o de sentir lo que internamente llevo dentro. Es más, lo más atrayente de todo esto es la facilidad de ver extraordinariamente bien a aquellos que no sienten curiosidad por tí, aquellos con los que no deberías relacionarte y, a veces, aquellos a los cuales sería mejor evitar. Me gustaría nunca permanecer callado, que esta libertad de expresión me siga haciendo libre y me impulse a disfrutar aún más de la vida y de todos aquellos que quieren compartir la suya conmigo.

Y, hablando de mí... a veces habitúo a trascender a mi persona. Cuando me miro a mí mismo desde fuera, soy mucho menos de lo que creo ser, y entonces puedo advertir la imagen que doy al mundo, con mis virtudes y mis defectos, con mis cualidades y mis carencias. Cuando a solas, comiendo en una mesa, intento verme como me ven otros, veo a un chico pensativo, sensible y educado, con miedos y barreras como cualquier otro, con buenas intenciones y un gran corazón. Me gusta verme así, aunque haya veces que la forma de mirarme quede reducida a todo aquello que me impide disfrutar más de la vida. Veo a un chico que se esfuerza, que pelea consigo mismo, que es ágil en las distancias cortas, pero a veces terco en algunas cosas. Y, pensando mientras comía, me dí cuenta de algo de lo que me enorgullezco, y es que creo que no dejo indiferente a la mayoría. Será por mi romanticismo, por cómo pienso o por mi sensibilidad, o será por supuesto también por todos aquellos defectos que otros se dedican a recopilar de mí. La verdad es que da igual por lo que sea, pero desde luego estoy orgulloso de ello.

De corte emprendedor y creativo, sin duda alguna, con malas dotes de gestión y un déficit de atención, pero pasional en lo cercano, miedoso a veces en lo más estúpido y valiente otras en aquello a los que muchos no se atreverían. Así soy yo, poliédrico y contradictorio, pero atractivo y, a veces, desesperante (sin contar a aquellos para los cual soy insoportable...). Aunque realmente, sería incapaz de dar una definición completa de mi persona pues seguro podría dar cabida a todos los adjetivos, da igual lo que pensemos, siempre lo seré, en cierto o menor grado. Y son todas esas facetas las que me modelan como alguien cuya primera predisposición es la de amar y la segunda la de ser amado.

Es curioso el darse cuenta de cómo existen tres visiones de nosotros mismos. La que tenemos de nosotros como persona, otra la que tienen de nosotros y la tercera aquella que gestamos por comparación con otros. Pienso que la primera de ellas está marcada profundamente por todo aquello que nos gustaría ser pero no somos realmente y sólo va aclarándose conforme la comparamos con todo aquello que los demás ven de nosotros y lo que nosotros vemos al compararnos con ellos. No es malo no tener una visión de uno mismo exacta y precisa. Soy de la opinión que cuanto más afirmamos saber cómo somos menos nos conocemos. Y es que realmente las palabras veraces acerca de nosotros mismos por regla general son muy pocas, y es lo que día a día vamos viendo de nuestra persona lo que va, progresivamente, moldeando una imagen que al principio era obtusa y cada vez va apareciendo en el espejo de manera más clara y definida. Por eso escuchar a los demás es una gran práctica, pues no hay mejor imagen que la que proyectamos. ¿No os habéis sentido desorientados a menudo dentro de un gran bosque? Pero qué fácil es orientarse en él desde el aire, ¿verdad?

No hay nada más bonito que descubrirse a uno mismo y, tras una vuelca de tuerca en la vida, ver que hemos hecho cosas para las que no nos sentíamos preparados ni capaces. La vida es así, va deformando nuestra imagen inicial para, progresivamente dejar ver aquello que somos y aquello que somos capaces de hacer. No estaría de más que, de vez en cuando, alguien nos dijera en qué nos vamos convirtiendo...

3 comentarios:

  1. Yo no sabría definirme, ni siquiera sé realmente cómo me ven los demás. Es difícil, porque además pocos estarán dispuestos a contarte cómo te ven de verdad, mucho más estando tú delante.
    Los blogs sirven de terapia, al menos en mi caso, pero para mí no es un acto de valentía, ya que apenas dos o tres personas conocidas me leen... Es muy fácil contar la verdad cuando no pueden ponerte cara...

    ResponderEliminar
  2. Es bueno saber describirse ante el mundo y este "mundo" ayuda realmente a abrirse

    ResponderEliminar
  3. Somos lo que hacemos para no ser lo que somos.
    Eduardo Galeano.

    ResponderEliminar

 

Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

http://www.squidoo.com/daniel-colleman-fotografos-de-bodas

Fotografo de bodas