Cuando nos quejamos de nuestras parejas, cuando tenemos un mal día, cuando simplemente nos cabrea algo por su parte... da vértigo el pensar la de cosas que rondan su mente acerca de nosotros.
Da miedo descubrir que probablemente nosotros tampoco seamos fáciles de llevar, que tengamos manías y que probablemente nuestra pareja tenga muchas carencias por nuestra parte y sufra las consecuencias de nuestros defectos.
Muchas veces los cabreos no vienen a ser más que una pequeña explosión de orgullo contenido, de estres, de ansiedad... El ponernos en el lugar del otro ayuda pues nos hace ver en perspectiva cómo somos...
¿Os habéis preguntado alguna vez cómo sería vivir con nosotros mismos? Qué nos enfadaría de nosotros? Qué no podríamos soportar? Yo hago este ejercicio bastante a menudo y es increíble la de cosas que llevaría mal de mí mismo... Cuando me miro al espejo veo un gran valor en cómo me lleva mi pareja, en cómo me soporta y... encima me quiere!
Él/Ella puede tener sus defectos, puede sacarnos de quicio, puede no llenarnos en algunos aspectos pero lo que es una realidad es que es una persona que ha sido capaz de estar con nosotros durante mucho tiempo, algo que otros muchos no conseguirían. Y ya por eso, merece todo nuestro respeto y nuestro amor.
Así que... muchas veces utilizo la siguiente técnica para resolver los problemas. Si veo que algo me irrita de ella, intento cambiar algo que a ella le irrita de mí. Haciendo eso, ella está más feliz y por tanto es capaz de darme más. Automáticamente yo estoy más contento con ella. Ella cada día va teniendo menos quejas de mí, va estando más satisfecha y entonces ya no es tanta la atención que requieren mis defectos y mayor es la que requieren los suyos... Por lo que cambiando yo he conseguido cambiar mi entorno...
Ya sabéis, cada maestro tiene su librillo... cuál es el vuestro? ;)
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