viernes, 23 de octubre de 2009

No aguanto más


- ¿hace cuánto no me dices que me quieres?
- cariño, esas cosas se obvian
- no, no se obvian. Necesito escucharlo. Dímelo.
- joder...
- dímelo!
- te quiero
- no lo dices con sentimiento
- joder y cómo quieres que te lo diga?
- así no... mira déjalo, necesito estar sola
- pero qué coño te pasa?
- déjame, vale?
- eh...
- que me dejes
- pero a ver
- déjame! déjame! déjame! no entiendes lo que significa!
- a ver, tranquilízate! hace un rato estabas bien. Y ahora estás mal? Acaso te trato mal? por favor!
- no es eso... Mira... déjalo, ya se me pasará. Déjame sola.
- déjalo? déjalo? y qué significa eso? que lo deje?
- sí, déjalo, por favor...
- No, las cosas no se solucionan así, se solucionan hablando. Dime qué coño te pasa joder! qué, vas a estar toda la tarde llorando? y yo qué tengo que hacer, irme al salón? coño... háblame, mírame
- quiero que me dejes joder! Dios!!!!! vete!!
- ostias! es imposible! es imposible contigo! mira, a la mierda! me largo a dar una vuelta! ya tienes tu soledad... contenta?? que te follen joder!!

La puerta se cerró con un portazo al que siguió un llanto. La casa vacía y la chica llorando acurrucada en el sofá. Gimoteos... silencio. Y de repente un grito de dolor, un llanto que estremeció el salón al que siguió un inmenso "joder! no lo aguanto más!!" seguido por un jarrón roto en la pared.

En la calle él caminaba deprisa, a paso firme, alzándose el cuello de la cazadora y fumando un cigarro. No sabía a dónde iba hasta que acabó en el banco de un parque, solitario, agitado. Su mente se oía de lejos.

Ella por el contrario sólo podía llorar agarrada al cojín esperando que todas las lágrimas de su cuerpo escaparan de sus ojos hasta calmarse. Desde el pasillo podía escucharse su llanto. Una señora mayor sale del ascensor y se queda pensativa al escuchar las lágrimas.

'Esta puta mujer no hay quien la entienda. No aguanto más. Me quiero morir joder. No sé qué hacer.' y sus pies removían la arena del parque mientras intentaba llorar pero sus lágrimas no aparecían. Impotencia.

'Sabía que esto no funcionaría. Estoy cansada de darle oportunidades. Pero y a dónde voy yo ahora? joder, esto es de locos. Mi vida es una mierda joder! qué tengo? si es que no tengo nada! y mi madre? no... cómo me voy a ir con mis padres? por Dios! a mi edad... empezar de nuevo? mi trabajo no me da... ok, ok... está bien, lo mejor será que me tranquilice y veamos cómo acaba... las cosas se solucionarán... esto es un bache...'

'Esto se está yendo a la mierda. Y qué hago ahora. Sólo me falta que me pida el divorcio. Joder! joder! ostias!!!' desde lejos, sólo se veía un hombre golpeando con su puño el banco. El aire soplaba de la tarde, meneaba su pelo y las calles parecían desiertas.

Pasado un tiempo la puerta del piso se abrió. El resonar de sus zapatos en el parquet inundaba la casa y unas llaves cayendo contra la mesita de la entrada revelaban cabreo, impotencia.

- Estás mejor?

qué haces?... cocinas???

el silencio era tal que se escuchaba la piel de las patatas cortarse...

- hago la cena
- a las 5 de la tarde?
- déjame por favor...

su puño se cerró...

- cariño, yo te quiero
- yo también te quiero

y el silencio cubrió todo

- me voy a duchar
- ok

Y una lágrima cayó por su mejilla hasta la encimera.


Un abrazo.

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