lunes, 10 de enero de 2011

Nosotros y nuestro entorno


Cada vez veo con más claridad que el mejor consejo que se le puede dar a una persona cuando es joven es que cuando se encuentre en una disyuntiva en su vida, opte por aquello que le pida el corazón, por aquello que le guste realmente. A menudo se nos educa para que optemos por lo más práctico, por lo útil, por lo que a la larga nos traerá un supuesto bienestar (económico). Con ello las personas se escudan en que muchas veces el corazón puede conducirnos a situaciones poco prósperas o que supongan para nosotros un fracaso emocional. Sin embargo, cada vez soy más de la opinión de que la vida no consiste en hacer aquello que sea más "útil", sino en hacer aquello que nos permita experimentar, que nos permita ser felices y sufrir también, por supuesto. No podemos negarnos a hacer algo por pensar que sufriremos con sus consecuencias, únicamente debemos negarnos si racionalmente entendemos que puede perjudicarnos seriamente. Pero, con el tiempo uno va entendiendo que el proceso de vivir significa experimentar un cambio hacia la libertad de ser quienes queramos ser, de vivir la vida acorde a lo que queramos hacer de ella y de extraer de las situaciones todo lo que esté en nuestra mano.

Invertir en nosotros mismos es pues la mejor de las decisiones pues afecta a nuestra vida social, a nuestro cuerpo, a nuestro espíritu y a nuestro corazón. Estos son los cuatro ejes básicos sobre los que una persona debe de trabajar para autorealizarse.

Para comenzar a invertir en nosotros mismos debemos partir de cuestionar nuestra educación, cuestionar las reglas a las que diariamente nos sometemos y dejar hablar a nuestro interior. A diario, inconscientemente, es curioso cómo la mayoría de las reglas que nos han sido impuestas de pequeños, las ejecutamos rigurosamente día tras día sin pararnos a pensar si tienen sentido o no, si nos benefician o realmente nos limitan. Comenzamos pues a darnos cuenta que somos más arquetipos de ciudadanos que la persona que realmente somos o podemos llegar a ser. Y asimismo, comenzamos a identificar cierto tipo de comportamientos en quienes nos rodean, en nuestros amigos, en nuestra familia... vemos que existe una cierta epidemia social que impone a muchísimas personas diariamente unos patrones de conducta por los que regirse y en base a los cuales funciona la sociedad.

Hacer de nosotros mismos unas personas únicas y auténticas no implica desmoronar todo el sistema ni sus reglas, simplemente cuestionarlo y buscar nuestro propio punto de vista, nuestra propia perspectiva del mundo.

Podremos vernos sujetos a ciertas ligaduras insalvables a día de hoy que nos limitan en nuestro proceso de cambio y liberación. Efectivamente, nos damos cuenta de manera automática que no es tan fácil hacer lo que uno quiere. Pero, acto seguido, descubriremos que una forma de ser, una forma de ver y entender la vida no implica cambiar una estructura social establecida, sino nuestra actitud con el mundo, o lo que es lo mismo, nuestros hábitos, el cómo nosotros interactuamos con nuestro entorno.

3 comentarios:

  1. Así en abstracto suena muy bien, pero luego llevarlo a cabo en el día a día no es tan sencillo...

    ResponderEliminar
  2. yo es que cada día pienso más que tú buscas una píldora que te la tragues y de repente todo funcione! jajajajaja

    ResponderEliminar
  3. Hombre, pues claro! Ya están tardando en traérmela!

    ResponderEliminar

 

Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

http://www.squidoo.com/daniel-colleman-fotografos-de-bodas

Fotografo de bodas