lunes, 16 de agosto de 2010

Tensiones



Es curioso cómo van cambiando nuestros planos de realización conforme vamos tomando decisiones sobre la vida y ésta nos va sorprendiendo con sus múltiples caras, para bien y para mal. Tras haber obtenido algo que ansiamos, nuestras expectativas cambian y el tener que adaptarnos a las nuevas situaciones vigentes hacen que afrontemos nuevas esperanzas y nuevos retos. Así, lo que una vez resultó ser para nosotros motivo de sueños y plegarias, hoy puede estar integrado en nuestra vida cotidiana de manera inconsciente y nuestras necesidades cambian, y por supuesto nosotros cambiamos también con ellas.

Lo que nunca nos imaginábamos hoy puede ser una realidad con la que debemos convivir, una realidad que genera nuevas emociones, nuevas frustraciones y nuevas experiencias. Podemos parecer pues un ser que evoluciona según el mar le sorprende con una nueva ola, hasta el punto que llegue un momento en el que no nos reconozcamos a nosotros mismos y, sin embargo, sigamos siendo las mismas personas que hace años. Interiormente, los años pasan deprisa y parecemos nunca envejecer, recordamos sucesos de hace diez, quince o veinte años como si fueran ayer, pero exteriormente la realidad es otra.

Y de igual manera que nuestras necesidades y frustraciones cambian, cambia nuestra percepción del mundo. Vamos trascendiendo progresivamente en nuestras emociones y en nuestra persona, pasamos a no dar tanta importancia a las reacciones y comportamientos de los otros, para así relajar nuestra existencia, y les vemos como compañeros de viaje, algunos agradables y otros no tanto, pero compañeros. Relajación, en definitiva, nuestra evolución consiste en mejorar nuestra relajación de cara a un medio que pareció agresivo al principio pero progresivamente fuimos descubriendo que no lo era tanto. Sin embargo, el sentimiento trágico cobra cada vez más importancia...

Cuando pienso en las tensiones de mi vida, y en las tensiones de otros, pienso en que la mayoría de sus problemas se reducen a una reacción vital por luchar contra las tensiones del medio. En definitiva, estrés. Y de esta manera, recuerdo que cuando alteramos nuestro entorno, automáticamente nos sentimos perturbados por el mismo, lo que viene a darnos a entender que ambas percepciones cambian cuando uno de los dos altera al otro.

Debido a todo esto, cada vez intento dar menos importancia a todo aquello que arremete contra mí con una tensión negativa pues sé que tal reacción puede venir generada por circunstancias sobre las cuales yo no tengo margen de acción. Aunque de vez en cuando no viene mal cruzar los dedos...

1 comentario:

  1. Yo hace tiempo decidí dejarme llevar, no hacer planes, ni buscar grandes objetivos. Al final la vida lo desbarata todo! Ahora prefiero que me sorprendan los acontecimientos.

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Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

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