martes, 11 de mayo de 2010

Retratos

Conforme pasa el tiempo me voy dando cuenta de lo extraordinariamente difícil que es retratar a alguien. No estamos hablando de tomar una imagen visualmente poderosa, estamos hablando de capturar la esencia de la persona, el cómo es, su espíritu, sus miedos, su belleza y su espontaneidad.

En el retrato, un área en el que me considero todo un aprendiz... confluyen tantas distracciones sobre el sujeto que la mayoría de las fotos tienden a contaminarse de pequeñas perturbaciones que distorsionan la pureza de la persona retratada.

Cuando llega a mí una persona intento en primer lugar ver todo aquello que me gusta de ella. Tiendo a mirar sus ojos, su piel, sus gestos, su manera de comportarse, su sonrisa, sus hombros, su espalda... todo. E intento enamorarme de todo lo bello que flota en la inmensa montaña formada por todos los defectos que ella misma es consciente que posee. A partir de ahí, la parte más difícil es acercarme a la persona de manera que no se sienta intimidada. Cómo llevar a la persona a un estado de relajación tal que confluya sólo lo bello de ella? Para mí es algo extraordinariamente complicado y que requiere un esfuerzo sublime.

Las personas al ver sus fotos, tienden a fijarse en aquellos defectos y carencias que tienen catalogadas en su mente, son evaluadores de facciones y gestos negativos sobre la belleza del retrato. Así pues, el intentar minimizar estos es la tarea más ardua del fotógrafo.

Es por esto que tienden a gustarme muy pocos retratos de los que realizo. Cuanto más avanza el tiempo, más críticos somos con lo que hacemos. Esto es porque tendemos más fácilmente a ver lo negativo que lo positivo. De igual manera que me ocurre a mí le ocurre a las personas retratadas. Sin embargo, si el retrato acumula las suficientes cualidades positivas, es capaz de mantenerse al alza durante mucho tiempo como algo especial.

5 comentarios:

  1. Algún día tienes que hacerme un retrato de esos tuyos. Nunca me gusta como salgo en las fotos...

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  2. Hacer un buen retrato es una tarea dificil y laboriosa, especialmente hacer un retrato en el que de verdad se reconozca el personaje, se magnifique todo lo positivo y adquiera viva propia al contemplarlo. Yo prefiero trabajar primero con el personaje sin la cámara intimidadora, saber algo de él, ponerle la música que le gusta durante la sesión, y después, con toda esa información hacer lo mismo que cuando estoy dirigiendo un actor en un casting, intentando que me dé lo mejor de si mismo, pero te doy toda la razón: es un trabajo muy complicado.

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  3. Es como conocer a una persona en un instante. Es como aprender a amar a alguien con todo lo bueno y lo malo que tiene. Es casi como la vida misma, descatalogando lo somero e intentando captar lo que realmente es importante en las personas.

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  4. Cuesta trabajo pensar que te consideras aprendiz en algo así mirando tu trabajo. Algo en lo que estuvimos de acuerdo los dos cuando tomastes nuestras fotos es lo cómodos que nos sentiamos (y eso, por lo menos en mi, es muy difícil), conseguiste estar ahí 'sin estar' y conseguiste capturar cada momento. Tienes cualidades excepcionales y te sigo de cerca porque vas perfeccionando a pasos de gigante, y da gusto ver como se refleja en los resultados.

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  5. Deborah, muchas gracias. Tienes un don con las personas. Y Emmet también, sois muy especiales, ya lo sabéis.

    Te mando un abrazo enorme ;)

    p.d.: tus palabras me han alegrado el día

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Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

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Fotografo de bodas