lunes, 12 de julio de 2010

Sensaciones bonitas


Copyright: Daniel Colleman 2010. www.danielcolleman.com

Hoy me he parado a pensar mientras comía. No sabía muy bien por qué, pero estaba feliz. Y es que me acordaba de lo mal que lo he pasado por el cansancio acumulado estas dos últimas semanas y, curiosamente, de los momentos tan bonitos que he vivido. Soy una persona extraordinariamente sensible y perfeccionista en lo que hago y, cuando tras mucho pelear, voy obteniendo lo que ansío, no puedo evitar sentir y mostrar ilusión. Al repasar mis últimos reportajes no puedo evitar sentirme contento, feliz y satisfecho pues, tras mucho tiempo esforzándome, por fin comienzo a ver algún fruto a toda aquella insistencia y autoexigencia. Para mí, es un sentimiento muy íntimo y esperanzador que me coloca personalmente en un lugar privilegiado de mi continua insatisfacción y me hace recordar que soy capaz de alcanzar poco a poco aquellas cosas que hace tiempo ansiaba y no conseguía. Indudablemente, hoy no estoy en el lugar que estaba hace unos años y desde luego no me comporto igual detrás de la cámara hoy que hace tiempo. Me gusta esta sensación de seguridad, me gusta esta sensación de libertad y de expresividad. Qué bonito es mirar a algo y verte reflejado en algún modo, tu sensibilidad, tu forma de mirar la vida, tus defectos y tus virtudes...

Estas últimas semanas las he pasado como espectador de muchos momentos maravillosos, momentos en los cuales muchas personas han demostrado su lado más humano y próximo. La vida no es fácil a través de un objetivo. La verdad es que tiene cierto glamour y muchas veces no puedo evitar emocionarme, pero el observar desde la distancia a las personas comportarse en libertad no deja a ninguna persona con algo de sensibilidad indiferente. El otro día, haciendo precisamente esto, veía a las personas abrazarse, besarse, sonreir, hablar... se les veía felices, y de algún modo, no podía evitar sentir cariño por aquellas personas a las cuales no conocía y sin embargo estaba retratando. Durante todas esas fotos no paraba de meditar acerca de lo sencillos que somos y de aquello básico que rige nuestro comportamiento. Al final, todos necesitamos afecto y amor y de alguna manera, en algún instante, eso sale a la luz, pese a las diferencias y a la distancia que separa a las personas.

Había historias que contar, bellas historias que retratar y yo no podía sentirme apartado de tales emociones. De alguna manera, en fotoperiodismo, existe una ligadura emocional entre los sujetos, la historia y el fotógrafo. Esta ligadura llega a su climax en el momento en el que, como una palpitación, sabemos que ese es el momento que estábamos esperando y hacemos click, click y click. Cuando miro las fotos, recuerdo lo que sentí, recuerdo las emociones y veo el resultado de mi actitud. Una actitud que me brinda día a día frutos inolvidables de lo que una vez dudé podría conseguir y, cada día, con tesón, siento que voy consiguiendo.

Un ejemplo: http://www.danielcolleman.com/reportajes/una-boda-en-madrid

Un abrazo.

2 comentarios:

  1. Las fotos preciosas, pero es que a mí me ponen tan nerviosa las bodas que ni siquiera puedo disfrutar viéndolas. No sé, debe ser algún trastorno psicológico mío (uno de tantos...). Pero tus fotos me encantan, eso ya lo sabes ;)
    Un besín!

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  2. Como bien dice el título del blog "mil cosas que sentir" las fotos son geniales, mirarlas es imaginar historias, palabras escogidas para esos momentos. Me ha gustado tu entrada muchisimo.

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Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

http://www.squidoo.com/daniel-colleman-fotografos-de-bodas

Fotografo de bodas