jueves, 25 de marzo de 2010

Tú mujer y yo hombre...



Es curioso notar cómo experimento ciertos sentimientos y comportamientos como hombre que poco a poco van aflorando en mi interior. Me choca muchísimo sentir estas sensaciones pues me hacen ver que, por mucho que quiera, no dejo de ser en mi esencia igual que todo el género masculino y por tanto comparto determinado tipo de reacciones.

Conviven en mí sentimientos enfrentados, unos naturales e instintivos y otros que refrenan las actitudes que no tienen cabida según mi forma de pensar. En sí, no soy más que un hombre en mi esencia, con sus instintos y reacciones, pero regulado por mi yo más racional que me frena ante aquello que no veo correcto. Sin embargo, hay instantes en los cuales mi lado masculino se revuelve en exceso y soy incapaz de frenarlo, tardo un tiempo en tomar las riendas de mí mismo.

Hablaba ayer con un compañero acerca del sentimiento que experimentamos los hombres por querer proteger nuestra familia, a nuestra mujer, traer más dinero a casa, prosperar... curiosamente en muchos casos el hombre necesita tener esa sensación de poder y control sobre su entorno. Ya no basta con traer dinero a casa, hay que traer más y sentir que uno es el que trae más que nadie en la entidad familiar, el que da de comer a su familia, el que aporta la seguridad. Pero... por qué? acaso un hombre tiene que ganar más que la mujer? acaso un hombre tiene que ser el que trabaje y la mujer la que cuide de los niños? Algo no casa... no tiene lógica. Ambos pueden y deben de optar a las mismas oportunidades y... si tu mujer es más emprendedora que tú o bien más espabilada, es lógico que gane más que tú. Pero, cómo afrontará el ego masculino tal situación?

Está claro que hombres y mujeres por naturaleza adoptan un rol distinto dentro de la creación familiar. Una mujer experimenta la maternidad de manera completamente distinta a la paternidad de un hombre, son sentimientos y experiencias físicas distintas (más que nada porque el hombre no tiene experiencias físicas!). Ahora bien, la maternidad y la paternidad no son más que el fruto de una decisión. Y es que un hijo no es un coche, aunque pudiera parecerlo hoy en día según la actitud de muchas personas. Me da la sensación últimamente de que al igual que compramos una casa, compramos sus muebles, buscamos un trabajo... tenemos un niño. Es lo mismo, es "tener", y no es así. Cuando pensamos en tener un hijo estamos decidiendo el aceptar una responsabilidad, el asumir el precio que conlleva pasar a una nueva etapa donde modificaremos en cierta manera nuestro día a día, el compartir, yo contigo y tú conmigo, una experiencia que debe enriquecer nuestras vidas y por la cual ambos debemos de involucrarnos y sacrificarnos. Un hombre pues no puede optar por no involucrarse en la educación de su hijo, no puede renunciar a todo lo que conlleva el cuidarlo por ganar más dinero y ser él quien, alimentando su ego, haga prosperar una familia. Porque... ¿prosperar? qué es prosperar para una mujer, ¿esclavizarla a unas labores domésticas? ¿volcarle únicamente en el cuidado de sus hijos? ¿o permitirle que, en igualdad de condiciones, pueda tener acceso, con total libertad, a lo mismo que nosotros?

Entonces no podemos pensar, como hombres, en privar a nuestra mujer de sus posibilidades por propulsar nuestra carrera y permitirnos sentirnos "cabeza de familia". Tal actitud no puede ser tomada sin la elección de la mujer. ¿Qué elige ella? ¿Qué es lo que desea? ¿Y qué deseo yo? O lo que sería una mejor pregunta ¿qué elegimos ambos en conjunto?

No se trata de alimentar un ego, se trata de tomar decisiones que nos permitan vivir acorde a una elección y por tanto vivir acorde a las posibilidades y las responsabilidades que tenemos.

Sin embargo, he observado en muchas parejas que a uno de los dos le va mejor que al otro. Y ante tal circunstancia, ella elige (por ejemplo) que su marido emplee más tiempo en su trabajo para aprovechar el tirón en pro del bienestar de su familia. Pasado un tiempo, se ve inmersa en una rutina como consecuencia de tal decisión y no puede dejar de contemplar cómo el trabajo absorbe a un marido que ya no pasa tanto tiempo con ella.

Qué complejo es todo... pero no hay que olvidar que el trabajo y la dedicación en la pareja, aunque sea poca al día, debe de servir como lazo de unión entre ambos, que debe de existir un mensaje en cada acto, "estoy aquí contigo para lo mismo y vamos juntos, no separados", que por mucho que nos distancien los trabajos, las labores y las circunstancias, por mucho que cambiemos con el tiempo, seguiremos siendo las personas que un día se quisieron, lo declararon y con esfuerzo, sudor y lágrimas, aún hoy lo siguen haciendo, por un compromiso, con una ilusión, porque valía y sigue valiendo la pena.


Un abrazo!

3 comentarios:

  1. El sentimiento de protección del hombre como el instinto maternal de la mujer están en nuestra naturaleza pero no siempre se manifiestan de la misma forma en unos y otros. Hay hombres que lo utilizan de forma errónea y al final se convierte en una encubierta manifestación de su egoismo, y también hay mujeres que traen hijos al mundo porque tienen esa capacidad reproductora pero como madres dejan mucho que desear. Todos tenemos momentos de frustración y duda pero estoy contigo en que vale la pena luchar por tu pareja y por tu familia, y por supuesto olvidar esa idea caduca de que es el hombre el que trae el pan y la mujer renuncia a sus espectativas profesionales para cuidar de la familia. El que uno gane más o menos no tiene que constituir un problema si por lo que se lucha es por el "nosotros", aunque te diré que todavía existen demasiados hombres que no toleran esa situación porque les da la sensación de que les resta masculinidad o, no soportan tener al lado a una mujer brillante y triunfadora, o sencillamente sienten verguenza si se quedan en casa cambiando pañales mientras sus mujeres se van a la oficina. El día que eso sea algo común, se acabará de una vez por todas la famosa batalla de los sexos.

    Un fuerte abrazo.

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  2. Las mujeres ya no adoptan el rol de abnegada madre y esposa. Los hombres jóvenes casados que conozco están implicados tanto o más que ellas en todo lo referente a la casa y los hijos. Supongo que depende del ámbito que observes, pero por lo general las cosas están muy cambiadas y eso es muy bueno!

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  3. Dani, cómo va el fin de semana? Que no se sabe nada de ti!

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Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

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Fotografo de bodas