lunes, 14 de diciembre de 2009

Una fracción de segundo



En la vida nos apenamos de todo aquello malo que nos ocurre. Nos disgustamos cuando alguien nos da la espalda, nos duele cuando nos traicionan. Y si estamos solos...

Sin embargo la vida no es tan mala, tiene cosas buenas. Yo he encontrado muchas. Por ejemplo, gracias a que hace 10 años mis padres se mudaron a Boadilla y que, misteriosamente y en contra de todo pronóstico fuese matriculado en la clase de ciencias, pudo conocer a una chica. Esa chica, tenía amigas en otras clases y en los recreos salíamos a sentarnos en el mismo banco siempre. Gracias a esas "quedadas" una jovencita me conoció y, sin yo saberlo, se iba a su casa muchos días pensando en mí. Qué ingenuo era yo por entonces y qué poco sabía de todo...

Después de un tiempo, gracias a que esa chica tenía una carpeta yo fui escribiendo en ella, agradablemente y sinceramente, como siempre hago. Y... el roce hace el cariño. Un buen día, esa chica me escribió una carta, y me la dió para que la leyera. Yo, en vez de abrirla, me la llevé a casa. Y allí, gracias a que una vez, por gracia del destino, fui matriculado en ese instituto y a que conocí a ese grupo de chicas, abrí esa carta de esa chica en mi casa. Y curiosamente en ella me lanzó una indirecta la cual yo supe cazar al vuelo...

Entonces, la vida, en una fracción de segundo, me sonrió. Podía haber cogido el teléfono o no cogerlo. Podía haberla llamado o no. Pero lo hice. La llamé.

Y en su voz noté que mi premisa era cierta, ella me quería. Y aquí este tierno jovencito la propuso salir.

Eso fue un 6 de abril del año 2000 y yo estaba en mi casa sin saber que, en un instante, mi vida había cambiado.

Fuí un poco torpe para todo. Tanto lo fuí que tardé 23 días en llevarla al cine. Pero fue ese 29 de abril del 2000, a las 19:10h, en el cine de La Vaguada, sala 02, fila 13, Butacas 7 y 8 (aún conservo las entradas), cuando yo y esa chica entramos a ver una película que no nos gustó nada... Y gracias a que la película era tan sumamente horrible salimos afuera.

Y qué curioso, esa tarde, nada más salir, comenzó a llover... Supongo que sería sobre las 20:00 cuando esa joven pareja, en la terraza de la Vaguada, se daba su primer beso. Pero no el primero entre ellos, sino el primero de sus vidas...

Y 10 años después... se casaron.

Qué maravilloso, cómo nuestras vidas se deciden en breves instantes de tiempo, verdad?

Un abrazo.
Daniel.

2 comentarios:

  1. Que hermoso, es un orden perfecto, como un silencio donde puedes oir hasta la lluvia y sentir el calor de ese beso.

    Maravilloso!!!

    ResponderEliminar
  2. Pues si Daniel, estoy contigo en la forma que entiendes la fotografía, lo que pasa es que en este caso yo no hablo de la foto perfecta como técnica , sino como emoción personal, que es algo muy distinto.

    Además jamás podría catalogar ni decir lo buena que es una foto mía, me es imposible, porque siempre se puede mejorar.

    Lo que sientes en este momento que aquí expreso, es algo que va más allá que la imagen, es algo que tu sólo ves, y puedes sentir, no tiene nada que ver con lo buena o mala que sea la foto.

    Un abrazo grande

    ResponderEliminar

 

Fotografos de Bodas - Daniel Colleman

http://www.squidoo.com/daniel-colleman-fotografos-de-bodas

Fotografo de bodas